
Raíces que cruzan fronteras: la historia de Jatziry Gracián
Mientras vamos buscando la identidad del Carpincho de la Huerta como entrevistador, hoy les presento a Jatziry Gracián. Alguien que por vueltas increíbles de la vida tuve el orgullo de conocer y que esperamos que sea una de las colaboradoras estables de InfoMecenas:
Jatziry es una persona muy especial, de esas que te cruzas una vez en la vida y conviene escuchar para aprender, tanto en el acuerdo como en el disenso. Una joven bióloga que tiene “la mano verde” como decimos en Uruguay. Un ser de esos que viene con la configuración ya avanzada en ciertas áreas.
Esta es una entrevista muy especial y que espero que les guste.
Sumate a InfoMecenas comunidad agroecológica en todas nuestras plataformas
¡Compartimos experiencias, contenidos y novedades para inspirar, cultivar y transformar!
¿Quién es Jatziry Gracián?
Pues soy bióloga de profesión y agricultor de vocación. Para mí, la agroecología es la opción del presente. Optar por una agricultura responsable en todo su esplendor de la palabra. Esto quiere decir con la tierra, las plantas, los insectos, los animales que lo rodean y sobre todo como la palabra agricultura lo dice, con la cultura y las raíces de cada pueblo y lugar que habita en este planeta. En mi historia, que en la que me he desarrollado en la agroecología, bueno, desde que yo era niña mi padre tenía un pequeño huerto en casa, así como sus propias compostas y sus propias recetas para que las cosas se dieran ahí, crecieran de maravilla, todas sanas y pudiéramos disfrutar de ellas sin necesidad de ir a una tienda a comprar lechugas o zanahoria, todo estaba en el patio de la casa.
Así que, bueno, crecí con las manos en la tierra, pero pues como todos y todas estamos en movimiento, yo también llegué a esos movimientos, a irme a la gran ciudad de México a estudiar. Migré por algunas ciudades, un poco alejada al inicio de la tierra, algunas veces más en conexión, pero sobre todo con pesquerías y después regresé a la Ciudad de México, en la que estuve en contacto con el bosque de Chapultepec, en el que, bueno, era un poco más tierra que solo estar entre edificios y con proyectos de desarrollo de las áreas verdes dentro del bosque, liderando parte de estos proyectos.
Me enfrenté a muchos desafíos, primero conocer la tierra, el clima, las temporadas
¿Cuáles fueron tus inicios más “formales” en la Agroecología?
Un día llega alguien, hace más de nueve años, y me invita para trabajar en su rancho (rancho en México, una finca en Uruguay) en la cual una de tantas ideas, era producir sus vegetales para sus propios restaurantes.
En ese momento había uno en el centro y uno más que se estaba construyendo campestre. Así que, bueno, eran dos y al finalizar un proyecto ahí, había cuatro y una tiendita a quienes se les entregaban hortalizas. Me enfrenté a muchos desafíos, primero conocer la tierra, el clima, las temporadas. Acá en México se habla mucho de sembrar con temporal. ¿Por qué? Porque hay época seca y época de lluvia. Entonces, en el momento que empiezan las lluvias, es en el momento que las personas se aprovechan para hacer las siembras de esa milpa, con todas las semillas nativas.
Entonces, pues era conocer todos estos tiempos, las heladas, el calor extremo, qué plantas podían resistir, qué plantas no convenían sembrar. Y bueno, ahí me enfrento también a que hay un tema de recursos limitados, recursos monetarios, y eso me hizo tomar talleres, diplomados y mucha lectura de cómo poder utilizar todos los recursos disponibles a favor de la huerta. Siempre con la visión de que los abuelos utilizaban todo, no había desperdicio, y con el pensamiento de que la agroecología, todo o la mayoría está disponible en el lugar en el que uno se encuentra.
Así que el primer año fue de dar muchos nutrientes, materia orgánica, aprender de microorganismos para el suelo, mientras se producía de a poco, y después de a poco fue creciendo también y cambiando el suelo, los recursos, los animales que se acercaban, y con los cuidados también los vegetales comenzaban a tener mejores sabores, mejores tamaños, mejores resistencias a las mal llamadas plagas y enfermedades. Y bueno, que esto hizo también que tuviéramos un banco de semillas propio para el espacio y compartir estas semillas con otro proyecto que se llama Somos Semillas San Miguel, en el cual actualmente participo. Y bueno, entre esta búsqueda de semillas, me hizo conocer, bueno, más que la búsqueda de semillas, fue la búsqueda de variedades, de que los platos de los restaurantes tuvieran mucho color y mucho sabor.
¿Cómo llegas a Uruguay?
Entre esta locura, pues me hace conocer Alberto Castañero, de ahí cerquita de El Mecenas en Paysandú. Así que me invita a ir a su país. Mientras acá yo sembraba ya mucho de esta cantidad de jitomates antiguos, que me comparte todo su gusto, su pasión, sus emociones por las historias de las familias que lo traían y pasaban de generación en generación, o sea, que los traían, que los llevaban al Uruguay, de Italia, de España.
Y bueno, en mi caso en México, esos jitomates antiguos que han pasado igual de generación en generación desde que se domesticó el jitomate. Y de ahí, bueno, vamos al Uruguay, y El Mecenas fue una sede importante para nuestra estancia y participación en la segunda y tercera cata de jitomates antiguos, en la que no solo había jitomates, también, o sea, no solamente crecimos los jitomates, sino también crecíamos hortalizas, las cuales se comercializaban un poco en conjunto con La Postergada que tenía el camino muy avanzado con la entrega de canastas en la ciudad de Paysandú. Y bueno, La Postergada también me recibe con los brazos abiertos y trabajamos con sus tierras, con la siembra, con algo que conocí ahí, que yo no tenía la experiencia en México, fue la siembra del camote, camote para nosotros, boniato para ustedes. Aprendí cómo se hacía un plantín, después cómo se trasplantaba este plantín, y bueno, lo delicioso que son, al camote que es insípido y sin sabor, a diferencia de esos camotes de allá morados increíbles, que bueno, extraño un poco. Y bueno, también participé en algunas quintas más, como Chacra Guaraní y la recuperación de frutales muy grandes y unas variedades increíbles de higos y ciruelas en la chacra de Annabella. Y bueno, esa ha sido parte de mi historia en la agricultura. Una vez más volvemos a México a reconocer espacios y bueno, con una gran cantidad de aprendizajes nuevos, como también fue la certificación orgánica, ese gran esfuerzo y trabajo que hace la Red de Agroecología, en la que bueno, me tocó estar de cerca, ir a las Chacras, visitarlas, conocerlas, ver cuáles eran los puntos de vista de los técnicos, del consumidor, y bueno, todos los que participan en esta gran red. Y bueno, actualmente sigo haciendo quintas familiares, varias quintas familiares en varios espacios acá, no muy cercanos a los que vivo, pero sí que están preocupados por lo que comen. No es tan común acá tener quintas en los fondos como lo es en el Uruguay.
Los costos deberían ser accesibles dentro de esta agroecología, ya que va de la mano de la soberanía alimentaria
Siguiendo con la charla, que va tomando rumbo propio, Jatziry nos cuenta sobre la escuela Valle de las Nubes:
Se ha perdido mucho, al menos en la región que yo estoy, no quiero decir todo México, porque México es gigante, pero en la región que sí, debido a que tenemos un gran problema de migración hacia los Estados Unidos y de gentrificación en la zona. Entonces bueno, con las personas que están preocupadas por estos temas, he venido trabajando estas quintas familiares. Por otra parte, me encuentro trabajando con el centro educativo Valle de las Nubes, en el cual estamos tratando de crear, o ya avanzando, junto con la ayuda de Verónica, de ahí de la UTEC de Paysandú, formando una escuela agraria como las que ustedes tienen. Y esto es porque las chicas que llegan al centro Valle de las Nubes, son chicas sin hogar, que vienen de las casas hogar en México, en las cuales a los 18 años salen al mundo porque se consideran adultos, pero sin herramientas de trabajo. Y una de las grandes ideas que tiene el espacio con sus fundadores es regresar todos esos conocimientos ancestrales y desde el suelo. Entonces, desde la tierra, desde la agroecología, y es la razón por la que estamos formando una pequeña escuela agraria.
¿Qué desafíos ves en la Agroecología hoy en día?
Uno de los más grandes es que ahora las empresas, al menos en Méjico, no sé en Uruguay, pero las empresas “malas”, por así llamarlo entre comillas, se han convertido ahora en las empresas “buenas”. ¿Qué quiere decir? Recién la semana pasada estuve en el foro orgánico y te sorprende ver nombres, no sé si se pueden mencionar, pero bueno, ya dirán si se escriben o no, pero nombres como Bayer, que son la agroindustria que venimos conociendo ya de hace tiempo, con nuevas líneas y marcas orgánicas. Entonces, es un gran desafío para mí desde mi punto personal, viendo lo que ocurre en México, que se vuelven o se siguen volviendo dependientes los campesinos de todo este paquete de consumo de bioinsumos, de semilla, de todo en absoluto, pero ahora con la palabra orgánico o agroecológico o las palabras que queramos ponerle en la mesa. Ese es el gran desafío. ¿Cómo hacer para que el campesino, el campesino y cualquier persona que tenga su lugar de siembra, el agricultor, se vuelva independiente de todo este consumo que la industria te vuelve a vender? Es decir, solo estamos cambiando el color rojo por el color verde. Entonces, ¿realmente existe el cambio y la conciencia del agricultor, del campesino, del consumidor y de todos los que estamos alrededor de todo este movimiento? en que no es cambiar el color de la etiqueta, sino cambiar tu mentalidad hacia un nuevo consumo…
Creo que, no sé si me explico, pero es como un súper desafío que yo veo recientemente. “Sí, mira, tengo este producto para que tus plantas crezcan grandes. Sí, mira, tengo este producto para que tus plantas se refuercen. “Sí, mira este otro”, pero ¿qué está pasando? ¿Cómo lo podemos ver desde otro punto de vista? Entonces, creo que eso es mi gran preocupación y desafío dentro de la agroecología.
Y otro de los grandes desafíos en México, porque creo que en Uruguay hay mucha educación a nivel escolar de todos los espacios que me tocó conocer, desde pequeñitos hasta adolescentes, adultos. Y en México, el gran desafío es regresar esas huertas a las escuelas de todo nivel y de toda adquisición, poder adquisitivo, hablándose de escuelas públicas, escuelas privadas. Ese para mí es otro desafío, querer que los chicos, los jóvenes, no piensen en emigrar, sino en regresar a sus tierras y volver a la esperanza de sembrar con estas técnicas de la agroecología, con campos que vuelvan a producir las cantidades que producían los abuelos. Esas son de las cosas que creo que son grandes desafíos, además de los costos, porque si bien te dicen, si bien sí te bombardean lo ecológico, lo agroecológico, lo orgánico, lo saludable para ti, los precios para muchos bolsillos, y pienso que en el mundo, son inaccesibles. ¿Y por qué se vuelven inaccesibles? Pues por este consumo que hablaba al inicio, por este gran reto, y porque se tiene que hacer una certificación, que además cuesta muchísimo dinero, para que te crean, y que para qué, ¿por qué no que el otro ponga etiquetas diciendo todos los venenos que utilizó? Entonces, creo que eso también, los costos deberían ser accesibles dentro de esta agroecología, ya que va de la mano de la soberanía alimentaria.
Y bueno, por otro lado, otro de los desafíos que veo en la agricultura, es que se nos ha vendido la imagen de que todo tiene que estar perfecto, del mismo tamaño, sino una comida es de un insecto, sino no tiene la calidad para estar en un stand de una tienda, entonces ese cambio de chip en la sociedad también es un desafío muy grande. El que las lechugas no estén todas igualitas, en que los jitomates no estén todos del mismo tamaño, del mismo color, de la misma forma, que las acelgas no tengan un hoyito, que los betabeles por pequeños no significa que estén menos ricos que uno gigante, entonces creo que esos son grandes desafíos. Por otra parte, las oportunidades que veo en la agroecología, es que todos los días necesitamos del campo, todos los días comemos, todos los días tomamos algo.
Entonces, estas alianzas o hacer estas alianzas entre los pueblos, intercambios de conocimientos cercanos o lejanos, como lo hicieron nuestros antiguos pasantes de la tierra, hablando de incas, de mayas, de quichuas, de guaraníes, este intercambio de culturas hizo este movimiento de vegetales domesticados, llevados, traídos y comercializados, y no solo eso, sino también los saberes que se han ido perdiendo entre las fronteras. Entonces, pienso que esa es una gran oportunidad nuevamente de regresar a este intercambio de conocimientos.
Lo otro es las nuevas escuelas de enseñanza, nuevas rutas de investigación que estén apoyadas por los gobiernos, huertas comunitarias que realmente tengan un seguimiento en apoyo con las personas que representan la comunidad, los alcaldes, delegados, intendentes en el caso de Uruguay.
Todo este vínculo desde arriba. Entonces, pienso que estas oportunidades en la agroecología podrían ser parte de la resolución de los desafíos.
Se fueron largos los desafíos y finalmente, consultada sobre qué otras preguntas no deberían faltar en una entrevista de este estilo, Jatziry da una vuelta de tuerca y en vez de preguntarse y contestar, nos deja algunas preguntas que harán que todos reflexionemos un poco:
¿Cómo se pueden crear sistemas de comercialización justos y sostenibles para los productos agroecológicos? En otras palabras… que no necesites esta certificación, que no necesites pasar por un montón de filtros, que si el jitomate pesa 10 gramos, todos deben de pesar 10 gramos, que hablando de esto no es el cambio de los sistemas.
¿qué papel juegan las políticas públicas en el desarrollo de la agroecología? Y públicas no solo a nivel, pienso que nacional, sino internacional. ¿Qué políticas están dentro de este desarrollo?
Creo que se abrió una gran puerta a muchas preguntas, a muchas cosas que ocultaron a través del desarrollo de las técnicas convencionales. Entonces, para mí una pregunta que es muy importante de cuestionar y de poder contestar claramente esta seguridad alimentaria y nutricional para cada uno de nosotros es la siguiente:
¿qué papel juega la agroecología en la seguridad alimentaria y la nutrición?
No es tan común acá tener quintas en los fondos como lo es en el Uruguay
Hasta aquí esta primer intervención de Jatziry en InfoMecenas… Muchas frases interesantes, conceptos que abren debates, al igual que en otras entrevistas que ya habrán leído o están por leer.
En un futuro, esperamos que nos siga contando acerca de la experiencia de la escuela agraria, historias de sus viajes y los conocimientos adquiridos en ellos. Y que Carpincho de la Huerta encuentre su estilo.
También podés explorar más artículos en nuestra sección…
Buscar en el portal
Hablá directo con El Mecenas

El Carpincho de la Huerta
El Carpincho de la Huerta es el seudónimo narrativo de uno de los protagonistas de InfoMecenas. Combina entrevistas, relatos de campo, experiencias de producción local y reflexiones agroecológicas. En cada nota, invita a pensar, sembrar y transformar desde el territorio. Vive entre tomates, compost y cuadernos de apuntes.